Es el inicio del viaje.
La Sombra representa los aspectos de nosotros que hemos aprendido a ocultar, en especial, a nosotros mismos: miedos, deseos reprimidos, emociones incómodas o partes olvidadas de nuestra historia.
En este proceso iluminamos lo oculto para reconocerlo sin juicio, pues La Sombra no es enemiga, es una guía. Al mirarla de frente, recuperamos fragmentos de nuestra verdad interior.